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Eres uno en vida real y otro en la ventana de chat. Eres tan respetado como la cantidad de likes que recibas cuando publicas un estado. Eres más popular en tanto más corazones recibas en Instagram. Eres alguien si te siguen desconocidos en Twitter. Eres el usuario que ignora la conversación con la fea pero se maldice cuando la linda te deja en “visto”. Eres el usuario que hace catarsis cuando elimina a su ex del Facebook. Eres el usuario que quiere que todo el mundo sepa que has visitado 12 países, hablas 3 idiomas y tienes una relación “complicada”. Eres el usuario que presume de ser de derecha, de izquierda, de ser ecológico, de ser el hincha más fiel, de ser el cinéfilo más erudito, el fotógrafo más sensitivo  o el poeta más apasionado. Eres el usuario comprometido con cuanta causa noble exista. Eres el usuario cuya vida parece una fantasía pues en todas sus fotos está feliz y bien acompañado. O eres el usuario que es más un personaje de anime que un ser de carne y hueso. Eres el usuario Stalker que conoce todas y cada una de las fotos de sus conocidos o por conocer.

Un romperelaciones llamado Facebook

 

La red social más importante del mundo tiene mil millones de usuarios. Está diseñada para conocer y contactar personas, conocidas o desconocidas, pero también se presta para otras cosas…

 

Juan Manuel era un tipo relativamente común. Tez blanca, una altura fuera del promedio y unos ojos claros lo hacían bastante atractivo. Tenía una novia que quería bastante y un mal vicio: Husmear perfiles de mujeres en Facebook. Hasta ahí todo normal. Mirar no es ningún pecado, al fin y al cabo.

 

Una tarde, Juan Manuel estaba dedicado exclusivamente a procrastinar. En el lado derecho de su Inicio de Facebook apareció una nena a su parecer bastante particular. Tenía la piel bronceada, los ojos cafés y era delgada. Mejor dicho, tenía exactamente el perfil físico del hombre en cuestión. Decidido a conocerla, JuanMa entró a su perfil. Ponía en letra blanca Nana Pavas.

 

Un solo clic cambiaría bastante el rumbo de su aparentemente normal vida.

 

Agregar a mis amigos.

 

Más se demoró en darle clic al dichoso botón que en recibir la notificación: Nana Pavas ha aceptado tu solicitud de amistad. Una sonrisa se pintó en su rostro apenas leyó las “buenas noticias” y a la velocidad del rayo inició una conversación con la susodicha.

 

- Hola, ¿cómo estás? – Bien ¿y tú? - Le ponía ella. Él solo debía evitar que la conversación cayera en el ¿qué haces? ―En redes sociales, la pregunta qué haces suele verse como un intento desesperado por seguir hablando con esa persona, y lo último que un tipo como Juan Manuel querría sería justamente eso: lucir desesperado―.

 

Muy bien. Me alegra que estés bien. Y ¿a qué te dedicas? – Estudio Administración de negocios, ¿y tú? – Estudio Comunicación Social.  La conversación fluía de manera única. Y no era como que su relación estuviera desgastada, pero lo nuevo siempre impresiona, siempre llama la atención. Lo nuevo, en muchas ocasiones causa curiosidad, como en este caso.

 

La relatividad del tiempo. Cuatro horas habían parecido segundos y JuanMa debía madrugar: - Me voy a dormir. Cuídate mucho. Hablamos mañana. – Cuídate tú también, que descanses.

 

Y así siguieron los días posteriores. Juan Manuel se empezaba a sentir algo agobiado por su relación, y cada vez más interesado por Nana. 

 

Última vez a las…

 

Uno de los grandes tormentos de la era digital es saber que probablemente eres leído pero que no te quieren responder. Básicamente que te están ignorando en toda regla.

 

Manuela era la bonita novia de Juan Manuel. Desde el colegio le llamaban Mela. Era delgada, más bien alta, tenía los ojos azules y cabello. Todo un exótico contraste. A pesar de ser bastante cariñosa en su relación, era un poco paranoica y posesiva, lo cual no terminaba de cuadrarle a su novio.

 

Por ahí bien dicen que él que hace, se las imagina. Y este era el caso de esta belleza.

 

Mela salía a escondidas con uno de sus compañeros de carrera: Andrés.

 

Andrés era el compañero lindo pero mala clase del pregrado. Tenía los ojos verdes, la tez increíblemente blanca y una altura no muy considerable.

 

Manuela y Andrés siempre pactaban sus citas por Whatsapp. Aunque, también, para qué negarlo, hablaban todo el día por el dichoso servicio de mensajería. Y el última vez a las… de Andrés era el tormento de la vida de Manuela, porque si bien ella lo quería algo, él no a ella.

 

Para él, ella se había convertido en su juguete sexual favorito.

 

Por ese motivo, siempre que ella pretendía hablar un asunto de tipo romántico con él por Whatsapp, Andrés simplemente no le contestaba. Se metía y hablaba con sus compañeros o sus amigos y a ella sólo le quedaba mirar el última vez a las… de él y en el camino, armarse un montón de películas. ¿Será qué está con otra? ¿O será que se cansó de mí? ¿Y si todo esto es un juego y nada más?

 

Mela en el fondo tenía más razón de la que creía, así no lo quisiera aceptar. Andrés vivía bajo la regla de acostarse con todas y querer solo a una. Y Manuela estaba en ese todas.

 

Por otra parte, estaba Juan Manuel y sus vistos. Visto a las 17:52. Y al parecer de ella se demoraba mucho en contestar, lo cual no terminaba de ser normal. ¿Será que me está montando los cachos? ¿Y si por ponerme a estar con el uno y con el otro me quedo sin el pan y sin el queso? ¿Y si está haciendo lo mismo que yo? 

Mejores amigos

 

Para un stalker o una novia celosa el mejor invento de la humanidad es la lista “Mejores amigos” de Facebook. Ésta permite ver toda la actividad de los usuarios que están en dicha lista e incluso, recibir una notificación cuando un contacto que está ahí haga algo en Facebook.

 

Manuela estaba esperando su clase de 2pm. Mientras tanto revisaba su lista de Mejores amigos de Facebook, en la que, evidentemente estaba su novio.

 

Juan Manuel es ahora amigo de Nana Pavas.

 

Su alarma se encendió pero no dijo nada al respecto, quería seguir observando que hacia JuanMa con respecto a este asunto.

 

- Hola amor, ¿cómo estás? –

 

En el Smartphone de Juan Manuel se leía: Messenger. Nuevo mensaje de Manuela. En la cara del susodicho se pintaba una mueca de desagrado. Con la mayor parsimonia del mundo abría la aplicación y le contestaba: - Muy bien ¿y tú? – Muy bien.

 

Cada vez las respuestas de él eran más cortantes, lo cual indirectamente delataba sus indicios de infidelidad. Mientras más frías eran las respuestas de él, más sospechas tenía Manuela de que Juan Manuel le era infiel. Pero aún no tenía pruebas, y lo que era peor, no estaba en capacidad moral de juzgarle.

 

Al rato, volvió a aparecer la bandita blanca en la parte superior del iPhone de JuanMa. Messenger. Nuevo mensaje de Nana.

 

¡Como una persona puede cambiar el ánimo de otra en cuestión de segundos!  

 

Desbloqueó el teléfono en cuestión de segundos e inmediatamente e contestó el saludo: - Hola mi cielo, ¿cómo vas?- Muy bien y ¿tú? – Muy bien también. – Este… quería hacerte una pregunta, pero me da pena. – Pero pena de qué bby. - ¿Te gustaría que mañana saliéramos a tomar un café? La boca de Juan Manuel dibujaba una gran sonrisa. – Claro que sí.

 

Sin saber el cómo ni el porqué, la invitación de Nana a tomar un café había mutado en una invitación a ver películas en la casa de Juan Manuel.

 

Al día siguiente efectivamente se encontraron. Él la recogió y la llevó a su casa. Y esa tarde quedaría marcada en su historia. Ahora engrosaba la lista de hombres infieles del mundo. Lo cual no estaba bien, pero lo hacía feliz.

 

¡Cuán pequeño es el mundo! Lo que Juan Manuel no sabía, y que lo haría increíblemente infeliz, era que se estaba acostando con la novia del amante de su novia. 

Seguidos

 

La pestaña de seguidos de Instagram permite ver a qué fotografías le han dado like las personas que seguimos.

 

Las sospechas de Mela se acrecentaban cada día más. Pero mientras más sospechaba, más se veía con Andrés. Quizá para calmar la culpa. Quizá porque le quería más de lo debido. Quizá porque en el fondo prefería acostarse con él que con su propio novio.

 

Andrés no había ido ese día a clase y por lo tanto estaba más distraída de lo normal. Desbloqueó su teléfono y abrió Instagram. Le dio like a un par de fotos, y fue a la pestaña de novedades. Una de sus selfies había recibido un par de corazones. Deslizó hacia la pestaña de seguidos y se encontró con que @Juanmas21 le había dado like a cuatro fotos de la misma usuaria. El Instagram de la mujer en cuestión era @nanapavas, el mismo nombre de una vieja que su novio había agregado a Facebook algunos días atrás.

 

La agregó, se puso cortante conmigo y ahora viene y le da like a sus fotos de Instagram. Hombre tenía que ser. Nunca saben hacer las cosas, pensó ella mientras hacía otras tantas cavilaciones y se montaba un par de películas mentales. 

El mundo es un pañuelo

 

Johana y Juan Manuel llevaban algo más de un mes viéndose a escondidas. Mela y Andrés, bastante más.

 

Juan Manuel y Johana habían quedado de encontrarse en un restaurante para comer. Era bastante alejado de sus casas y universidad, de tal modo que no corrieran ningún riesgo.

 

Mela y Andrés por su parte habían quedado de salir a comer, porque hacía mucho no lo hacían. Manuela le escribió a su novio: - ¿Dónde estás? – En la cancha de la unidad, jugando un cotejo, y ¿tú? – En la casa de Paula haciendo un trabajo.

 

Ambos estaban tranquilos. Podían ir a comer con sus respectivos amantes sin ningún problema.

 

Andrés recogió a Mela y le dijo que la llevaría a un restaurante italiano, uno de sus favoritos. Ella aceptó sin problema, puesto que lo importante para la susodicha no era el lugar, sino estar con él.

 

JuanMa y Nana habían entrado al restaurante. Un restaurante italiano, de los preferidos de Nana. Luego de pedir una mesa, el mesero les entregó la carta. En el momento justo en el que les era entregada la carta, Andrés estaba parqueando fuera.

 

Ambos pidieron lasagna y cuando el mesero terminaba de tomar la orden, Andrés y Manuela atravesaron la puerta ¡Cuál fue la sorpresa de Nana y Juan Manuel al verlos! Y más inquietante aún ¿por qué habían llegado juntos? ¿Sería el mundo tan pequeño?..

 

Sí, sí lo era.

 

Manuela se percató de la presencia de Juan Manuel con otra mujer en una mesa. ¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Enfrentarlo? ¿Salir corriendo? Y si lo enfrentaba, ¿con qué argumento lo haría? Ella fue infiel primero. Andrés, por su parte fue más astuto. Tomó a Manuela de la mano y fue a la mesa dónde estaban: - Buenas tardes caballero. Mucho gusto, Andrés.- ­JuanMa abrió los ojos de manera épica mientras Johana estaba en estado de shock. – Supongo que es usted el amante de esta señorita – decía mientras miraba a Nana – puesto que yo soy su novio. Pues, como le parece a usted, que esta ciudad es tan chica que yo soy el amante de su novia. Y al vernos envueltos en tan engorrosa situación, es para mí un placer decirle que si gusta se puede quedar con Johana, que yo por mi parte me quedaré con Manuela, dado que… no veo ne-ce-sa-rio seguir entregándole mi cariño a una perra de tal calibre. Con su permiso.

 

Andrés, salió del restaurante con Mela, mientras le decía que sí, que ahora eran novios oficialmente, tal y como ella había querido.   

 

 

 

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